El hígado de pollo como bien sabes, esta parte pertenece a la categoría de vísceras. Se puede cocinar de mil maneras, por ejemplo, al horno, frito, asado…O salteado. En muy común, también, prepararlos con otros tipos de carnes.
El hígado de pollo es un alimento con una cantidad de nutrientes muy importante, entre los que destacan el hierro y las vitaminas K y B12. Es por ello que comer higaditos de vez en cuando resulta beneficioso para la salud, aunque nunca debemos excedernos porque a la vez supone un considerable aporte en colesterol y purinas.
Ingredientes para 4 personas
450 g de higaditos de pollo • 2 cebollas • 1 cucharadita de aceite de oliva • 30 g de mantequilla • 1 vaso de vino de Marsala • un poco de salvia fresca o seca • pimienta • sal.
1 En primer lugar, pela y pica las cebollas y sofríelas en una mezcla de aceite de oliva y mantequilla bien caliente.
Cuando estén ligeramente tiernas y comiencen a dorarse, vierte el vino en la sartén y déjalo evaporar. Agrega los higaditos cuidadosamente troceados, la salvia, la sal y la pimienta.
2 Saltea los higaditos a fuego medio (debería estar la sartén lo suficientemente caliente como para evitar que los jugos se escapen de los higaditos, pero no tanto como para que se quemen las cebollas) hasta que estén firmes pero todavía blandos por dentro.
CONSEJOS PARA UN BUEN SALTEADO
1 Las carnes blancas y pescados deben ser condimentados y enharinados antes de la cocción. Las carnes rojas se condimentan casi al final de la cocción para que no pierdan líquido.
2 No se deben pinchar los trozos salteados al darles vuelta
3 El tiempo de cocción de un salteado es corta por lo que los ingredientes deben están cortados en trozos pequeños, a poder ser del mismo tamaño, para que la cocción sea uniforme.
4 Si se saltea a una temperatura demasiado elevada, se deshidratarán los trozos de alimento.
5 Saltea siempre con poca cantidad de grasa, la necesaria para lubricar los
ingredientes